domingo, 27 de mayo de 2012

Bebop y perspectivas


Hoy en día no es difícil comprender la obra de Parker y Gillespie como una evolución lógica del jazz, pero en su propia época no fue tan sencillo que críticos y público aceptaran las innovaciones que se produjeron. El bebop también fue acusado de no ser jazz, y en general se relacionó más con lo marginal y con los sectores más bohemios, como la generación Beat.
Pero, ¿qué hacía de esta música que no fuese aceptada por muchos de los amantes del swing? Para empezar, el ritmo invariable del swing, el “swing” propiamente dicho, se verá aquí muy acelerado y fusionado con ritmos provenientes del mundo latino y africano. La sección ritmica va adquiriendo mayor independencia. Aquí, sin embargo, escuchamos un ritmo de swing más o menos convencional en la batería, con el contrabajo realizando lo que se llama “bajo caminante”, que aporta un mayor melodismo con ese continuo de notas.

Sin embargo, lo que me parece que más distanció el bebop de sus oyentes contemporáneos fueron los atrevimientos armónicos. Las melodías se mueven con libertad por escalas ampliadas, con numerosas notas cromáticas o extrañas a los acordes. Si a esto le sumamos unos frenéticos solos en que desarrollan las posibilidades del instrumento hasta el límite, podemos entender que no fuesen comprendidos. Como ilustración, podéis escuchar el cruce entre el final del solo de Parker y el comienzo del de Gillespie: parece que estén tocando en dos tonalidades completamente diferentes.

jueves, 24 de mayo de 2012

Las Big Bands

A pesar de que la intersección de los años cuarenta señala la época de esplendor de los combos de estilo bebop, en el terreno de las big bands comenzaron a hacerse visibles dos tendencias de importancia:

·Por un lado, algunas big bands empezaron a modificar su estilo con el fin de permitir mayor libertad de improvisación a sus solistas y de incorporar elementos del bebop en su estilo. La principal orquesta en ejemplificar este cambio fue la de Woody Hernan, que trasnformo el sonido del grupo hasta dotarlo de mayor agresividad armónica, especialmente en las baladas, a la vez que en los tiempos rápidos se acercaba al sonido característico de los combos del bebop. En cierto sentido, los magníficos solos que se oían en estas bandas apuntaban a una nueva escuela jazzística, el cool jazz, que pronto se independizaría del bebop.

·Por otra parte, en la costa oeste norteamericana, varios músicos labraban una nueva orientación para las big bands, el progressive jazz, ejemplificado por nombres como Boyd Raeburn, Earl spencer y Stan Kenton. De los tres, este último sería el más exitoso a la hora de desarrollar el nuevo lenguaje. y convertir una sucesión de músicos jóvenes en adeptos a su concepción de lo que debía ser una big band. Kenton pensaba en su banda como en una agrupación de concierto: en 1946 registro el "Concerto to End All Concertos", composición de nombre poco modesto que explotaría el talento del saxofonista tenor Vido Musso y que ni se acercó a lo que su título evocaba. Siguieron interpretando temas populares como "April in Paris" o "Sophisticated Lady", pero los temas de cariz mas abstracto se fueron sucediendo con regularidad cada vez mayor. En 1947 Kenton grabó "Chorale for brass, piano and bongo" (título que aludia a la Música para cuerda, percusion y celesta firmada por Bartók en 1936), "Fugue for Rhythm Section" y "Abstraction". El concepto de Jazzman como artista, característico del bebop, había influido claramente en Kenton y, si bien el bebop, el jazz progresivo y el swing en cierto sentido constituían polos opuestos de la profesión, Woody Herman, Stan Kenton y Charlie Parker tenían muchos rasgos en común. Kenton fué elegido por una abrumadora diferencia de votos para el "Music Hall of Fame" de la revista Down Beat, honor que hasta la fecha solo habían alcanzado Louis Armstrong y Glenn Miller.

http://www.youtube.com/watch?v=E95xYkv_CdM

El bebop resulto ser un estilo demasiado complicado a nivel técnico como para llevarlo a las big bands de forma práctica, además de que en los pequeños clubes en los que se solía oir jazz no resultaba económico, y con frecuencia el público solo quería una música bailable. De forma gradual, el campo de acción de las big bands se fue reduciendo hasta su desaparición sistemática durante el transcurso de los años sesenta.